El cambio gradual, (también conocido como el drift en inglés) de la disposición a pagar (WtP) describe cómo cambian con el tiempo las percepciones de valor de los consumidores y los precios que están dispuestos a pagar. Estos cambios pueden ser graduales o bruscos, provocados por el cambio económico, la dinámica del mercado o las acciones de las marcas. A medida que cambia el clima económico, se revela nueva información o evoluciona el panorama competitivo, la WtP de los clientes puede aumentar o disminuir sin previo aviso. Las marcas que no controlan estos movimientos se arriesgan a dejar dinero sobre la mesa o a perder volumen y fidelidad.
En este artículo, analizamos qué ocurre cuando las marcas ignoran el desplazamiento de la WtP y por qué el coste de la inacción puede ser tan elevado. Cuando las decisiones de fijación de precios se basan en suposiciones obsoletas, las marcas se arriesgan a fracasar en los aumentos de precios, a perder oportunidades de primas, a promociones de bajo rendimiento y a dañar a largo plazo el poder de fijación de precios. Si no se hace un seguimiento de los cambios en la Disposición a Pagar, las empresas no sólo pierden ingresos, sino que también socavan el posicionamiento de la marca, las relaciones comerciales y el potencial de crecimiento futuro. Permanecer ciego ante estos cambios no es pasivo, es un riesgo estratégico.
La mayoría de las estrategias de fijación de precios se basan en suposiciones obsoletas. Sin embargo, los datos de PriceBeam muestran que el 48% de las marcas tienen actualmente precios por encima del WtP1 del consumidor medio. Esta diferencia puede ser fatal para el éxito de los aumentos de precios, la adopción de innovaciones o la retención del valor de la marca.
Cambios en los ingresos
Las fluctuaciones en los ingresos de los consumidores, ya sean debidas a ciclos económicos más amplios, presiones inflacionistas o aumento de los niveles salariales, tienen un impacto directo en lo que los clientes están dispuestos a pagar. Durante las recesiones o los periodos de incertidumbre económica, incluso los consumidores fieles pueden volverse más sensibles a los precios, reevaluar el valor y recortar el gasto discrecional. Por el contrario, en épocas de prosperidad o crecimiento salarial, las ofertas premium pueden tener más tirón, ya que los consumidores están más dispuestos a comprar más.
Evolución de las preferencias
Los valores y expectativas de los consumidores evolucionan constantemente. La sostenibilidad, el abastecimiento ético, la conciencia de la salud y la producción local son sólo algunos de los temas que pueden reconfigurar lo que la gente prioriza en una compra. Como resultado, los productos que se alinean con estas preferencias emergentes pueden tener un mayor valor de compra, mientras que los que no lo hacen pueden ver erosionado su valor percibido. Las marcas que no siguen estos cambios corren el riesgo de no estar en sintonía con su mercado.
Nueva información y concienciación
El valor de compra suele cambiar a medida que los consumidores conocen mejor las ventajas o el rendimiento de un producto, ya sea a través de reseñas, personas influyentes, el boca a boca o la experiencia directa. Una campaña bien ejecutada que comunique claramente el valor único o la diferenciación puede elevar el valor percibido y la WtP. Por otro lado, una cobertura negativa o una mayor transparencia sobre los defectos pueden disminuirla rápidamente.
Fuerzas externas del mercado
La dinámica competitiva y los acontecimientos macroeconómicos también desempeñan un papel fundamental. Los precios agresivos de los competidores, los cambios repentinos en las normas de la categoría, los cambios normativos o la imposición de aranceles pueden influir en lo que los consumidores creen que vale un producto. Estos factores pueden aumentar o disminuir el valor de un producto independientemente de sus propias decisiones de precios, y a menudo requieren respuestas rápidas y basadas en datos para seguir siendo competitivos.
Estos cambios en la la Disposición a Pagar, no sólo se producen en teoría. Dejan huellas visibles en el tiempo, los mercados y las líneas de productos. Cuando se traza un mapa adecuado, la divergencia entre la la Disposición a Pagar supuesta y el sentimiento real de los consumidores se vuelve inconfundible y procesable.
La siguiente ilustración capta este fenómeno en su forma más simple, mostrando cómo los pequeños cambios no detectados en la WtP pueden acumularse en una seria desalineación de precios a lo largo del tiempo.
Gráfico: La disposición a pagar no es fija. Deriva.
Esta ilustración pone de relieve uno de los retos que más se pasan por alto en la fijación de precios hoy en día: La divergencia entre la disposición a pagar esperada y la real.
En un momento dado, las dos líneas divergen, a menudo debido a:
Esta divergencia, un cambio en la la Disposición a Pagar (WtP Drift), suele empezar de forma sutil, pero puede crecer rápidamente.
¿Cuáles son las consecuencias? Pérdida de oportunidades de fijación de precios, erosión del volumen y debilitamiento de la percepción de la marca. Este gráfico ayuda a identificarlas:
Muchas marcas asumen que la la Disposición a Pagar es estático después de una medición inicial. Pero el WtP se desplaza, silenciosa y continuamente. Puede erosionar sus márgenes, distorsionar las previsiones o hacer fracasar los cambios de precios.
Hemos observado que los clientes que realizan este tipo de estudios repetidos se enfrentan a cambios en la disposición a pagar del 0-20% en tan sólo un año.
Desencadenantes clave:
Paso 1: Diagnóstico con Pricing Power Snapshot
Paso 2: Monitorizar con Pricing Power Tracker
El Modelo de Madurez del Drift de la Disposición a Pagar
🎥 ¿Quieres ver cómo se ve esto en acción?
Vea este ejemplo rápido de un Análisis de Deriva Local que muestra cómo cambia la percepción del valor en los distintos países y descubre nuevas oportunidades de ingresos y volumen.
Ignorar la deriva de la disposición a pagar no es una decisión pasiva. Es una amenaza activa para la estrategia de precios y los resultados comerciales. Cuando las marcas no controlan la evolución de la disposición a pagar de los consumidores, inevitablemente toman decisiones basadas en datos obsoletos. La consecuencia más inmediata son las subidas de precios fallidas. Una subida de precios que parece justificada internamente, basada en la inflación de los costes o los objetivos de márgenes, puede ser rechazada por los consumidores si supera su capacidad de compra actual. El resultado: disminución de los volúmenes, pérdida de fidelidad de los clientes y aumento de la presión de los socios comerciales, que ven cómo el rendimiento de los productos se tambalea en las estanterías.
Igual de peligrosa, pero a menudo menos visible, es la oportunidad perdida en el lado positivo. Muchas marcas, sin saberlo, subestiman los precios en los segmentos de alto PtP. Cuando esto ocurre, los consumidores están dispuestos a pagar más, pero la marca nunca capta ese valor. Con el tiempo, esto erosiona la eficacia de la fijación de precios, reduce el margen disponible para reinvertir en crecimiento y envía señales confusas sobre el valor y el posicionamiento de la marca.
Las estrategias promocionales también se resienten. Sin referencias de WtP en tiempo real, las promociones a menudo se despliegan en función de la costumbre o de la presión comercial, en lugar de basarse en el conocimiento del mercado. Esto conduce a una dependencia de las ofertas, en la que los consumidores se acostumbran a esperar los descuentos. Las ventas a precio completo disminuyen. La fidelidad a largo plazo se debilita. Los datos de PriceBeam muestran que el 56% de las promociones ya producen un ROI negativo, un problema que se convierte en sistémico cuando no se tiene en cuenta la WtP en el diseño o la ejecución de las promociones.
Este problema se analizó en nuestro seminario web, Consumer-Driven Promotion Benchmarking: Testing Promotional ROI Through Willingness-to-Pay, en el que se analizó cómo los supuestos de precios obsoletos y la escasa alineación con la Disposición a Pagar pago erosionan silenciosamente el ROI de las promociones. A partir de estudios comparativos de las principales marcas de bienes de consumo, la sesión mostró cómo la información sobre la voluntad de pago puede ayudar a identificar los tipos de promoción más rentables y sustituir las conjeturas por datos reales.
Puedes ver la grabación del webinar aquí.
Quizás lo más crítico es que la erosión a largo plazo del poder de fijación de precios es difícil de revertir. A medida que se amplía la brecha entre lo que las marcas cobran y lo que los consumidores creen que es justo, la credibilidad de los precios se derrumba. Esto socava no sólo la fijación de precios en sí, sino también las negociaciones comerciales, el éxito de la innovación e incluso el valor general de la marca. Lo que una vez fue una marca premium puede derivar lentamente hacia el mercado de masas, sin pretenderlo.
Por último, el mayor riesgo de todos es la ilusión de certidumbre. Las decisiones estratégicas en materia de precios -precios de lanzamiento, movimientos de cartera, cambios en la arquitectura de los envases- se toman a menudo partiendo de supuestos que han caducado silenciosamente. En un mundo en el que el comportamiento del consumidor es cada vez más dinámico y la competencia más fluida que nunca, basarse en una lógica de precios estática no sólo es anticuado. Es peligroso.
Su estrategia de precios es tan sólida como su comprensión de cuánto están dispuestos a pagar sus clientes en la actualidad.